CAPITANEAR TU BARCO
Imagen: Venezia, Italia.
Como la tormenta, aunque dure días, esta tiende a amainar y cuando pasa volvemos a ver el horizonte claro y la mar navegable, pero no sin antes del gran esfuerzo, como el del marinero y el capitan del barco para que no naufrague ante la tormenta.
A veces necesitamos un salvavidas, cuando la tormenta arrecia tanto que el barco esta a punto de hundirse, a pesar del esfuerzo del capitán y su su tripulación, es allí en donde el salvavidas irrumpe con valentía para rescatar a los náufragos, pero incluso en ese momento culminante, se necesita el esfuerzo del moribundo para salvarse.
El sobreviviente, aunque pierda su barco y algunos de sus tripulantes mueran, aun esta dispuesto a volver a tierra firme para empezar de nuevo y contar su inspiradora historia de supervivencia y porque no, volver a tripular un barco con nuevos ayudantes en su camino por la mar, a veces calma y otras veces turbulenta.
Muchos le juzgarán, diciendo que no debió salir a la mar, que no debió abordar o capitanear aquel barco hundido. Le humillarán, recriminarán y le desmotivarán para que no vuelva a llevar un barco, pero si intentó hacer las cosas bien (como el inocente) y se debió a factores que no pudo manejar (como la tormenta), deberá entender que podrá atreverse de nuevo, con ayuda de la confianza en si mismo, intentando hacerlo lo mejor posible, para que no vuelva a pasar, pero sabiendo que aun así, esos factores que no puede manejar podrán volver a interponerse en su camino.
Atrévete a capitanear tu barco!
Fragmento del libro "La pluma y el yeso. Reflexiones para mejorar tu vida "
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Andrés Corral
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