CONTADOR DE HISTORIAS, SEPULTADAS EN LA MENTE DE LOS MUERTOS...
El contador de historias comenzó a ser buscado, para que contaran sus historias inconclusas que se quedaron sin sangre para ser vividas.
En uno de sus viajes por el mundo de los sueños inconclusos de otros, se despertó agitado para contar una historia, pero en su mente retumbaba un nombre que decía cuenta la mía: Jose Benavente.
El contador de sueños necesitaba estar solo para poder pensar en cual contaría primero, pues muchas querían brotar, y brotaban una tras otra, haciendo que se quedara sin sueño y tiempo para poderlas contar, se entremezclaban, empezaba muchas y cuando quería seguir con una, llegaba otro sueño narrándole su historia que quería ver la luz, pero el pensador, temeroso de una posible locura, reprimía la fuente de su inspiración.
Llegaba cansado de sus viajes por el mundo de los sueños, con muchas imágenes e historias enterradas e incontadas, sentía que tenía que dar forma racional a esas historias para que fueran contadas, pues se quedaron atrapadas esperando ser leídas.
Aun le costaba retener tantas imágenes y palabras, así como traducir las claves que le daban en sus sueños, a veces era casi secuestrado antes de despertar y sentía miedo, pero comenzó a entender que en ese justo momento era el oportuno para que su mente racional tomara nota de lo que le querían decir.
Doce copas y doce personas... Doce historias sepultadas tejidas en sus sueños, esperando a ser contadas...
Andrés Corral
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